Pequeños gestos, realizados con intención, pueden tener un impacto inmediato y acumulativo en nuestra energía diaria.
Puede ser una respiración profunda antes de responder un mensaje, una caminata breve entre tareas o tomar unos minutos para disfrutar algo sin multitarea. La clave está en la repetición consciente.
Estos actos, aunque breves, funcionan como “microcargas” que evitan el agotamiento progresivo y aumentan nuestra capacidad de respuesta ante desafíos.
La Fuerza se reconstruye paso a paso; el Flujo se abre instante a instante. Ambos crecen con elecciones conscientes.Más ideas y prácticas en Maestría en Energías en Equilibrio. Conocé más.