Las señales del desequilibrio energético aparecen en tu cuerpo, tus emociones y hasta en tu calendario. A veces disfrazadas de estrés o apatía, otras de perfeccionismo o caos.
Este artículo te acerca a una mirada distinta: no se trata solo de “cuidarte más” o “hacer menos”, sino de entender cómo están funcionando tu Fuerza y tu Flujo hoy. Porque el desequilibrio no se ve igual en todos, pero siempre tiene consecuencias.
Te mostraré algunos indicadores simples (y sorprendentes) para que sepas si es momento de ajustar, frenar o redirigir tu energía. El objetivo: que no vivas en modo automático.
Señales que quizás estás pasando por alto: desde cómo reaccionás ante lo imprevisto, hasta qué parte del día te agota más. A veces, un pequeño cambio en tu percepción basta para empezar a reequilibrarte.
Por ejemplo:
Sentís cansancio apenas empieza el día.
Tomás decisiones con prisa o las postergás indefinidamente.
Reaccionás con irritación o te volvés indiferente.
Todo te parece urgente… o nada te importa.
Tu cuerpo pide descanso, pero tu mente no se detiene.